Saber lo que le gusta a un hijo, molesta o duele, puede ser complicado para los padres. Pero si ellos logran averiguar en qué clasificación sensorial se encuentran, será más fácil entender cómo los niños interpretan el mundo y cómo se desenvuelven en él.
La experta en lenguaje infantil, Priscilla J. Dunstan, plantea en su libro “Los cinco sentidos del niño” que cada persona tiene un sentido predominante que influye en todo lo que sucede en su vida. También establece que si los padres identifican los sentidos predominantes en sus hijos, podrán crear una comunicación más eficaz.
Dunstan reconoce cuatro tipos de niños con características propias según el sentido que predomina en ellos. Éstos son:
- Niños táctiles: se comunican mediante el cuerpo, es decir, si están alegres es común verlos saltar por todos lados. Arman pataletas si algo les molesta, son niños muy activos, energéticos, atrevidos y bulliciosos. Aprenden por medio de las sensaciones, le dan sentido al mundo a través de la exploración y del contacto físico, utilizando todo el cuerpo. Son niños que necesitan estar en constante movimiento. Generalmente les cuesta más aprender que al resto, por el hecho de que necesitan moverse para relacionar la clase con alguna sensación y el profesor les pide que se queden quietos. Les gusta ayudar. Si les dan una especie de trabajo, se estará construyendo su autoestima.
- Niños visuales: les gustan los colores, las formas y los movimientos. Se caracterizan por ser muy observadores y las imágenes las relacionan con el aprendizaje, siendo una forma de captar el mundo. El aspecto de las personas es muy importante para esta clase de niños y prefieren a aquellas parecidas a sus más cercanos. Aprenden sin problemas y para ellos es muy fácil memorizar textos, números y palabras.- Niños auditivos: aprenden mediante el oído, por lo que es mejor para ellos el aprendizaje a través de lecciones y luego repetirlas con palabras. Si alguno de sus padres le habla con un fuerte tono de voz, de seguro el niño no responderá. No sólo captan el sonido, también lo reproducen. Por ejemplo, antes de aprender a hablar, sólo hacen ruidos; cuando ya están en el colegio, cuentan con detalles el día.
- Niños gusto/olfativos: los estímulos intensos les afecta de gran manera, ya que son muy sensibles. Su sentido gustativo es muy agudo, por lo que tienden a ser muy explícitos cuando una comida no les agrada. Los estímulos sensoriales hace que estos niños se retraigan a una vida activa interior, es decir, viven en mundos de fantasías y les otorgan extrañas personalidades a sus peluches o juguetes. Se caracterizan por ser protectores y leales, forman buenas amistades y siempre tienen un “mejor amigo”. Cuando sean mayores, tendrán una capacidad para la empatía que puede llegar a confundirlos respecto a sus sentimientos y los del resto. Esto los hará más vulnerables y tímidos, llegando incluso a sentirse avergonzados. Por esta razón también, estos niños prefieren no destacar. Los padres deben estar atentos y prestar ayuda a sus hijos para que puedan desarrollar la capacidad de distinguir y considerar sus opiniones y propias referencias. "