miércoles, 4 de mayo de 2011

La maternidad es un don
que nos ha sido concedido
y cuando aparece
te seduce, y se pone frente a ti
en tu camino.
Detiene tu caminar
para mirarte de frente
y envolverte,
con ese, su manto transparente.
Un manto invisible
como el mismo aire que respiramos
un manto que yo siento,
que de amor infinito, comprensión
prudencia, respeto y protección
viene cargado.
Nuestro don.
Es un don inerte, suave
que viene a engrandecer el alma
y a llenarla de tan  pequeñas cosas
que el tiempo, con una sonrisa suya
se para.
El más alto de los dones
con connotaciones sacras
que no por ser don, 
no merece cuidados
sino todos los del mundo
en él deben ser causados.

POEMA QUE ME SALIO DEL ALMA DESPUES DE UN RATO MIRANDO FIJAMENTE LA CARITA DE MI HIJA.